Información bajo el mar: así son los cables y data centres submarinos
España se alza como hub en data centres del sur de Europa. Su estratégica situación geográfica nos convierte en una puerta abierta al mercado europeo, al Magreb y a América Latina.
Solo en territorio nacional hay más de 40 centros de datos cuyo tamaño -por volumen de empleo y facturación- pueden considerarse como considerables. Madrid se sitúa a la cabeza con una veintena de ellos, seguida de cerca por Barcelona.
La estratégica posición de España se ha convertido en objetivo codiciado para grandes empresas. Un interés real que se plasma con la llegada a la península Ibérica de tres nuevos cables submarinos: EllaLink, Orval y Marea. Este último, desplegado por multinacionales como Telefónica, Facebook y Microsoft. Tres cables que abren la puerta a una conexión directa con Virginia (Estados Unidos), Brasil y Argelia, informa Cinco Días.
Una apuesta que constata que, en el fondo del mar, subyace una gran oportunidad para el mercado de centros de datos. ¿El motivo? Los cables marinos permiten transportar altas capacidades a gran velocidad. Dicho de otra manera: se consigue una conexión mucho más rápida, acorde con las necesidades actuales y futuras. Actualmente hay centenares de sistemas de cables submarinos entre los que se encuentran los ya mencionados.
Se trata de instalaciones que pueden situarse a un máximo de 8.000 metros de profundidad, aunque lo habitual es que se extiendan entre los 2.000 y los 6.000 metros bajo el mar. Pero no son las únicas que ganan terreno (acuático). Microsoft también ha realizado pruebas con los que podrían ser los centros de datos sumergibles.
Así lo explica el vicepresidente corporativo de Microsoft Research, Peter Lee, en un vídeo de 2017. Este informático apunta que, lo habitual es ver cómo los centros de datos se encuentran a las afueras de las ciudades pero, según indica, si se pudieran sumergir los servidores internet iría 10 veces más rápido. Y ese no sería el único beneficio que Microsoft evalúa con pruebas realizadas las Islas del Norte bajo el Proyecto Natick.
Eficiencia energética
“El 80% de la energía que se usa en los centros de datos es para su refrigeración. Si se instalan en el fondo del mar, el consumo energético puede reducirse un 3%. De esta manera, se consigue refrigeración sin repercutir en el medio ambiente”. Es decir, se potenciaría la eficiencia energética, uno de los pilares fundamentales que abordaremos en la feria Data Centre World Madrid.
Y para que se trate de diseños seguros tanto para el cliente como para el medio ambiente, Microsoft contempla que los centros se diseñen de manera que no se pueda acceder a los componentes. Como si fueran “una nave hermética”, según palabras de Lee.
Tras ubicar el prototipo de centro de dato sumergible en suelo marino, lo que más llamó la atención del equipo que trabajaba con Lee fue que “la fauna marina se adaptó rápidamente a su presencia y lo adaptó a su hábitat, convirtiéndolo en su hogar”, indica el informático.
Lee también explica que se analizó la posible contaminación acústica y detectaron que el ruido que generaban las pinzas de los crustáceos era mucho más fuerte que el que emitía el propio servidor. Los mismos centros de datos que, transcurridos 5 años de actividad, o podrían permanecer en el fondo marino para convertirse en un arrecife artificial o bien, podrían ser extraídos y reciclados para tener una segunda oportunidad.